
Si el acceso al agua fresca en la actualidad ya empieza a suponer un problema, en el futuro será aún más incierto.
Los efectos del cambio climático, con temperaturas en claro aumento y precipitaciones cada vez más irregulares añade incertidumbre en un contexto en el que el consumo del agua en los hogares ha subido un 600% en los últimos 50 años.
En 2018, la media europea de consumo de agua doméstico por persona y día era de 140 litros. Por encima destacan racias, con 293,1 litros/persona/día; Luxemburgos (205 litros) Italia, con 202 litros o Noruega con 185 litros.
Por debajo de la media destacan por su ahorro Lituania, con 71, litros por habitante y día, Rumanía, con 72,3 litros y Bélgica con 87,1 litros por persona. Las 3 por debajo del umbral de los 90 litros por persona y día.
En España, el consumo de agua en 2018 se situaba en los 133 litros /persona/día, ligeramente por debajo de la media Europea.